Las personas que padecen feminización testicular o síndrome
de Morris tienen una apariencia externa de mujer, generalmente de manifiesta belleza,
aunque desde el punto de vista genético son varones.
Algunas de las modelos más atractivas del mundo presentan
esta alteración que da lugar a mujeres altas, de piel sedosa, caderas estrechas,
pechos muy desarrollados y vagina (en algunos casos rudimentarias), y carecen
de vello en las axilas el pubis. Sin embargo, sus cromosomas sexuales son del
tipo XY, es decir masculino. Además tienen testículos escondidos en el bajo vientre,
en las ingles o en los labios vulvares, y no presentan útero. Lógicamente son estériles
y carecen de menstruación. El fenómeno afecta a uno de cada 50000 nacimientos,
se produce por una mutación genética en el cromosoma X.Esta es la responsable
un fallo en los receptores de testosterona, lo que impide la aparición del fenotipo
o apariencia masculina durante el desarrollo embrionario. Muchos de los
afectados descubren su mal al acudir al médico para solucionar sus problemas de
esterilidad y amenorrea (carencia de la regla)
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