En el hombre no existe un programa biológico que limite su
capacidad reproductora, como sucede en las mujeres. Aquellos pueden permanecer
fértiles incluso a edades muy avanzadas y no es extraño encontrarse con padres sexagenarios.
Sin embargo los médicos han observado que a partir de los 50 años, las
facultades de al menos un tercio de los hombres empiezan a mermar. Estos
tienden a fatigarse, a ganar peso, duermen mal y pierden parte de su
líbido.Curiosamente estos síntomas se parecen a los que sufren las mujeres menopáusicas.
Es más, la causa parece ser la misma, la disminución de las hormonas que rigen
la sexualidad.
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